lunes, 27 de julio de 2015

Retroinanición

Me veo en formato reflejo,
Vuelvo y me alejo, sonrío y me quejo.
Supongo que me he convertido
en un juguete roto
y algo viejo.

Ya no creo en los fantasmas
pero ahora los dibujo,
les doy comida, cama y cobijo.
Sobreviven gracias a estas manos
que no finjen que escriben,
tan sólo intentan gritar a versos
porque así lo han aprendido.

Soy un fugitivo.
No tengo casa, ni carné de conducir,
ni mucho menos un nombre.
Dejé atrás todo aquello
la noche que llovió bajo el tejado;
tirité tantos sueños que ya no volvieron,
mudé - juro que por supervivencia - mi piel
en acero.

Siento haberme perdido.
A mí mismo.
No tenerme aquí al lado
cuando me visitan los abismos
y creo que no existo
más allá de ser un mimo sin gesto,
sin expresión, sin articulaciones,
            sin todo el resto.

Estoy a un paso
de olvidarme para siempre de andar,
a dos de tu recuerdo y a tres infiernos
de ser otra vez hierba naciendo del cemento.

Doy el segundo saltándome el primero.
Es costumbre.

Me acuerdo que estuve en un baile
en el que la música era tu risa
y las luces de color
tus malditos lunares.

Te brillaban tanto los ojos
mientras eso pasaba
que en mi memoria
se acaba de hacer de día
a las dos y media de la madrugada.

miércoles, 8 de julio de 2015