Dame una oportunidad,
un resquicio, una caricia,
un mordisco, un trago,
una calada, una aspirina,
una palmada en la espalda,
un beso en el cuello;
la dirección de tu primer gemido,
las coordenadas exactas
del último beso,
la fórmula de los logaritmos
de tus manías,
la solución para los domingos,
la hora a la que quedamos
mañana por la tarde
en la entrada de cualquier cine.
Llévate bien lejos los fantasmas,
las canciones de Raphael,
los coros de niños,
la primavera, las banderas,
los escaparates, las modas,
las noches sin luna,
la cortina de las duchas;
una maleta vieja llena de cosas
nuevas,
un saco de azúcar para tus heridas,
un loro ventrílocuo que no sepa imitar
mi voz,
un sueño que te sirva de ariete,
flores enredadas en el pelo,
brillo de estrella fugaz en los ojos.
Prometo no darte ni llevarme nada más.