en enseñarme
que a bailar no se aprende con los pies
pero sí con la piel.
pero sí con la piel.
Fuiste un sabotaje a mis nadie más
a primera vista.
Te cumpliste.
Y yo no sabía cómo dar las gracias
a tanto cometa, a tantas pestañas,
a todas las velas, a todos los genios
que habitan las lámparas.
Ven. Quiéreme. Tú que puedes.
Si te atreves. Si acaso te lo permiten
mis vaivenes.
Te llevaré a bucear entre escombros
y tesoros
dentro de nuestra propia Atlantis,
ataré la Luna a tus tobillos
para que puedas hacer puenting
sin tocar fondo
sin tocar fondo
siempre que quieras surcar mis abismos
sólo por morbo.
Conozco la fórmula secreta
para crear cohetes de la nada
y despertar a todos los vecinos
sin hacer ruido.
Cuando tenga un rato
dejaré esta oxidada armadura a un lado
y haré de la silueta de sus grietas
camino,
me abriré en canal
para que puedan sintonizarme
desde cualquier parte del planeta.
No guardaré más escalofríos,
no esconderé más poemas;
me verás libre, enseñándole la lengua
a las fantasmas,
sabiéndome capaz de matar pesadillas
con las manos
sin mancharme los dedos de sangre.
Esta
vez sí.
He conseguido resurgir
donde el arte muere de hambre.