Las notas nevando un
invierno.
Y el sol pegado al cielo.
Polos opuestos.
Todo flota ahora, sin
dejar de doler.
Porque desde lejos todo
se ve de otra manera,
o quizá es que se deja de ver.
La distancia como
remedio
a vivir en países
diferentes,
asteroides en órbitas
distintas
que más de una noche impactaron
contra el mismo lugar
de la Tierra,
a la vez.
Y del cráter nació lava
y todo se volvió
volcán,
llamas.
A pesar del frío.
Fuimos un arcoíris térmico
en el que tú ponías los
colores
y yo levantaba un
puente
para después
dinamitarlo
juntos.
Éramos un talento
incomprendido,
sin pulir, pero con
arañazos.
Decidimos que lo mejor era desaprovecharlo;
ser de nuevo
vulgares
por separado.
Aunque sonriendo.