viernes, 20 de noviembre de 2015

N'aie pas peur

Son tiempos de poesía.
Ahora que la lluvia
suena a despedida.             

Bombones y bombas.
Recuerdos de las noches
de vías y brindis,
de canciones prohibidas
y copas rotas.

Me acostumbré
a levantarle la falda
los días de tormenta.
El trato era sencillo:
no había truco.        

Nos veo romper con las olas,
dejar abajo las rocas;
salpicándonos de sal,
ocupándonos del mar.

¿Cómo nos atrevimos a perder?
Saltándonos las barreras.
¿Por qué lo hicimos? ¿Por quién?
Por todos los moldes rotos.

Empatía y tequila.
Superhéroes de película.
Protagonistas de la novela    
de aquel chico búho que sólo se atrevía
a mirar de reojo a la Luna. 

Soñaba con cuentos de hadas   
mientras leía en voz alta
historias de guerra.
Hubo desastres, hubo arena.       
Vaciamos los relojes  
para acariciarnos las costuras

sin prisa.

Luego el bisturí.
La anestesia de un abrazo
a ciegas.
La piel mutando en erizo.
Por alivio
pero también por protección.

En la televisión he visto disparar
contra la música y contra la libertad
durante una misma noche,
y al miedo en su salsa,
ataviado con sus mejores balas,
rebañándonos la sonrisa con los dedos
mientras marchitaban las flores
en París.

Siempre nos quedará lo que no fuimos.
Para que cuando menos lo esperemos,
cuando prescriban todas las promesas,
podamos ser.

N'aie pas peur.
Joder.