lunes, 23 de enero de 2017

Accidentes

Hay aviones que no aterrizan
y barcos que no atracan,
hay autobuses que no llegan
y trenes que nunca pasan.

Y viajar se hace complicado
sin un par de alas;
sin timón,
sin motor,
sin raíles.

Así nos pasa,
que nos estrellamos,
encallamos,
chocamos
y descarrilamos
sin salir siquiera
                         de casa.

martes, 17 de enero de 2017

Sinónimo de lo ajeno

El ácido de los días vacíos
se ha enquistado en mi paladar
como un recuerdo de aquello
que no ocurrió
y me pregunto cómo borro
este sabor

si no sé de dónde viene.

Con el paso del tiempo
me he convertido en el preso,
en la prisión y en carcelero
- recordando sus ojos abiertos,
inmensos y libres
como dos continentes
sin fronteras -

Trabajé casi tres años de botones
en el hotel de sus costuras,
cada día era un remiendo
del anterior, un torpe arreglo.
Pero me sentía Dios
cuando ella reía por mi culpa;
Eolo peinando las olas del mar,
Poseidón regalándole mareas
a la Luna.

Sin embargo yo volaba raso
y lo hacía sin queroseno,
seguía siendo sinónimo de lo ajeno,
anónimo entre sus brazos,
siempre por detrás, siempre despacio.

Quizá por eso ella reía a ratos:
nunca antes había estado tan lejos
de besar a un dios.

martes, 10 de enero de 2017

El perdedor innato

Los golpes que consiguieron
atravesar mi armadura
me dejaron el alma dura
pero frágil al roce,
como un diamante en bruto
que nadie se atreve a pulir.

Estoy seguro de que cambiar de pareja
es cambiar la forma y el color
de las rejas:
nadie que esté realmente vivo
puede escapar
del amor.

(Tú me resucitas de las resacas,
resumes el por qué de mi resistencia
mientras me rescatas del incendio.
Inmediatamente después,
te marchas.
Eres a un mismo tiempo
destino y camino,
la cinta de la meta
pero también la maratón.)

Sé que tengo que aprender
otra vez a ver llover,
volver a vivir con valor a volar,
dejar mi firma de nuevo en el cielo
con un halo de escarcha y hielo,
con la estela que dejan las estrellas
al fugarse.

Pero tengo la papelera a rebosar
y mi antología vacía, sin páginas.
Soy más del error que del ensayo,
la autodestrucción es mi motor
y mis lágrimas, gasolina.


Siempre seré el peso que se posa
bajo el suelo que piso,
un perdedor innato
aspirando continuamente
al campeonato.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Let it bleed

Rezo a versos
para que toda esta tristeza
no termine en cáncer de pulmón
y reconozco que aún duermo
con las botas puestas
por si hay que salir corriendo
de nuevo.

Escucho llorar a Amy
y dentro de mí
la lluvia gira
- esta cerilla levita -

quiero asomarme al abismo
y saltar, desatar
los cabos a mordiscos,
emprender un viaje sin retorno
al centro de mí mismo;
codo a codo con el infinito,
compartiendo barricada y tinta
con Houellebecq,
convertidos en dos soldados
apátridas
al servicio de la sangre.

Recientemente he descubierto
que la luz al final del túnel
no es más que mi propia sombra:
ahora sé a quién persigo
y por qué a veces
brillo.

He aprendido a calcular
con los dedos
el peso de las palabras sobre el folio,
los que crecimos cerca del bosque
conocemos una certeza, sin matices,

sólo saca los pies del tiesto
aquel que no respeta sus raíces.


Yo me limito a escribir lo que vivo
y, por ese motivo,
          nunca
me podré considerar poeta o escritor,
de la misma manera
que cuando desatasco la ducha
o repaso las paredes de mi habitación
no me creo fontanero
ni alardeo de ser buen pintor.


Sencillamente
donde hay vida hay poesía
y donde no,
también.

martes, 15 de noviembre de 2016

Cronofobia

Tengo un recuerdo agarrado a la anilla de una granada.

Hay mañanas que despierto
y me creo capaz
de deportar fantasmas
a sus respectivas pesadillas
pero antes del mediodía
soy yo el que se larga a por tabaco

           por si vuelven
 y me encuentran, yo que sé,
       preparando la comida.

Y es que todo lo que el viento se llevó
lo ha traído de vuelta el invierno,
noto cómo arde el embrague
pero no pienso pisar el freno,

porque el amor es saltarse
los semáforos en rojo
por mirarte de reojo
al conducir,
es estrellarse a 200 sin casco,
salir ileso
y sonreir.

En noches de luna llena
me he descubierto tras la ventana
aullándole versos de Neruda
a las mareas;

me he sorprendido siendo
un titán que tirita
eclipses de mar,
los dedos
de un titiritero
reducidos a tiritas
por intentar escribir poesía
con el rastro de tinta
que dejan sus heridas,

un falso Ícaro en llamas
que mutilaría sus alas
para mantener los pies
en la tierra,
un jardinero tan fiel a la primavera
que sacrificaría todas sus flores
con tal de conservar intactas
sus raíces.


Hoy me haré el dormido
abrazando por la espalda
a una certeza:

el presente ahoga
cuando vives esperando
un futuro que no llega.
 

viernes, 7 de octubre de 2016

Lo que arrasó la ciudad sin playa

Fue un tsunami
lo que arrasó la ciudad sin playa.

Guardé rencor
durante tanto tiempo
que el odio se me pudrió
dentro
y se abrieron para mí
las piernas del subcielo.

Fui rebelde con todas sus
consecuencias
sin importar la causa;
una barca encallada
en la recámara,
una bala a la deriva,
sin rumbo
y sin trayectoria,

        perdido

como la mirada
o la memoria.

Déjame confiar en la tormenta,

he visto a niños esperar la lluvia
para improvisar piscinas
en los cráteres
que dejan sobre el suelo
las bombas en Alepo;
zambullirse,
vencer la guerra
a carcajadas,
definir la poesía
al salpicarse.

Sigo roto pero ahora reconozco
todos los trozos
y ya no es diciembre
pero aún dueles,
este jardín sin flores
no se parece a tu vestido,
el mismo fuego
que me quema
es con el que juego
a diario.

Seguiré agarrado a la espiral
del huracán
porque me debo a la curvatura
de un boomerang:

tardaste tres palabras
en volver,
el tiempo exacto
que se tarda en pronunciar
un

No te vayas.

martes, 27 de septiembre de 2016

Nautilus

Las estanterías vacías,
las persianas bajadas,
sábanas nuevas
y hachís sobre la cama.

Eso es lo que nos queda
(y me da por pensar
que vivir de mudanza emocional
no está tan mal).

Es como una prisión
en el campo,
un manicomio a pie de playa
en Jamaica.

Escribo sobre los recibos
porque es lo más cerca
que estaré de ponerle precio
a mis poemas;
no serás feliz a mi lado
pero olvidarás el frío,

¿aceptas mi oferta?

Te guardo ríos de hogueras
en las venas,
puedo hacer tus miedos arder
frotando unas contra otras
las piedras
con las que tropecé.

No me caben más defectos
en el cuerpo,
soy el olor de la avenida de mi pueblo
en invierno,
hace ya tres calendarios
que compongo versos agarrotados
al ritmo del metrónomo
que escondes tras tu pecho.

Bebo los vientos por ti
pero aún me queda sed
para brindar
por el futuro

con estas copas
rotas
de tanto celebrar derrotas.

Sé de un lugar lejos del mar
donde se escuchan las sirenas
que no saben nadar;

donde me caigo, me golpeo,
donde me vuelvo a levantar

y no me preguntes por qué
pero sé que mi equilibrio
únicamente se sostiene sobre tu alambre.

Sólo trato de decirte que eres mi luz
y que todo lo demás
sombra