Hay aviones que no aterrizan
y barcos que no atracan,
hay autobuses que no llegan
y trenes que nunca pasan.
Y viajar se hace complicado
sin un par de alas;
sin timón,
sin motor,
sin raíles.
Así nos pasa,
que nos estrellamos,
encallamos,
chocamos
y descarrilamos
sin salir siquiera
de casa.
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